miércoles, 20 de enero de 2010

Ofelia

Háblame, Moradora del vacío, susúrrame lo que quieres que te diga. Me paso los días pensando en lo que quisiera decirte, cómo decirtelo y cuándo decirtelo, pero cae la noche y al salir la Luna me convenzo de que no debo decirtelo. Así que háblame tú, ¿Qué demanda de mí la musa de mis palabras? ¿Buscas con tu silencio que yo acalle los ecos de tu presencia en mi mente? ¿O buscas, acaso, que mi propia imaginación engendre una idea?Ambas cosas me son imposibles, dama de la desgarradora existencia, en mi actual estado sólo soy capaz de plagiarte, de reflejar turbiamente tu rostro en mis letras.
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viernes, 15 de enero de 2010

El Dedo del Mono

Si bien me gusta la obra de Shakespeare, debo reconocer que la frase "Piélago de Males" (Que aparece luego del afamado "Ser o no ser", pero nadie se molesta en recordarlo, por cierto) me llamó la atención estando presente en un cuento de Isaac Asimov: El Dedo del Mono.En dicha obra, se presentaba una máquina que al ser conectada a un mono era capaz de hacer que éste produjera obras literarias perfectas. El argumento lleva a los personajes a reproducir Hamlet, el cual es re-escrito de forma casi idéntica pero reemplazando "Piélago" (O "Mar", dependiendo de la traducción) por "Hueste".

Surge entonces la duda sobre qué es en realidad la perfección. ¿Se trata de un frío cálculo de variables que arroja un producto acabado e inalterable o es en realidad fruto de la imaginación y la innovación humana? Hasta hoy todavía tengo la duda y si alguien tiene la respuesta o alguna opinión, por favor, que me deje un comentario con su parecer.
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domingo, 10 de enero de 2010

El sabor del pan

El sabor del pan siempre es despreciado. Es como los tallarines solos, las orillas de las pizzas o el arroz blanco: A todos les gusta cuando va acompañado, pero estando solos no los pasa nadie. ¿Qué tienen todos en contra del pobre pan? ¿Qué pasó con "Más bueno que el pan"? Llevamos mislenios comiendo pan, pero sin mantequilla no lo pasa ni un famélico.Pobre pan al que nadie acepta, ¿Será un sídrome de la sociedad moderna el no aceptar las cosas como son? Lo primero que viene a mi mente (A propósito de pan) es la comida rápida: Qué extraño resulta pedir, por ejemplo, sólo una hamburguesa en un local cualquiera, porque nooooo, las hamburguesas tienen que venir con papas fritas y bebida, las cuales a veces uno ni siquiera quería pero son parte del "combo". Nos bombardean también con ofertas que antes de escuchar no nos hubieran interesado jamás, pero que te tientan por el sólo hecho de existir. Ya es parte del común vivir el "2x1" y el "Por la compra de esto más $$$ llévese algo inútil".
Nada puede existir por sí solo, todo tiene que venir con algo, con un extra, un anexo o en buen chileno, con yapa. Deberíamos empezar a acostumbrarnos a comernos el pan sin mantequilla ni quejas.

Que no se me malinterprete, no es que yo abogue por el conformismo, al contrario, creo fehacientemente que se debe luchar siempre al tope de nuestros esfuerzos, buscar siempre el mejor resultado y apuntar a los más alto posible, pero creo también que la forma de hacerlo no es quejarse inútilmente ni buscar en el consumismo un solaz vacío que realmente no sirve. Para llegar a los alto, se debe, a mi parecer, reflexionar cuidadosamente sobre lo que se desea encontrar, aquello que en realidad nos permitiría sentirnos realizados como seres humanos para luego marchar en pos de ello, sin cejar y de forma estoica.
Para terminar, dejo estas palabras que escuché por ahí: "Total, para qué te vas a preocupar, las cosas como vienen las tienes que tomar".
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sábado, 9 de enero de 2010

Primera Entrada

Aquí estoy, empezando este blog para escribir sobre lo que se me venga a la cabeza.
Tomé esta medida principalmente por una razón: Mi cerebro se acaba de terminar de quemar. Cuando me encontré a mi mismo comprendiendo (espontáneamente) el soliloquio de Hamlet, reflexionando sobre el sabor del pan y escribiendo divagaciones en un viejo cuaderno, me di cuenta que mi cerebro se estaba quemando.
Y cómo ya no me queda materia gris para reducir a cenizas, he decidido escribir aquí, para abrasar los sesos de cualquier incauto que caiga en este blog, aunque no todo va a ser divagaciones sin sentido... (espero)
Iré escribiendo entoces lo que me susurre Ofelia, mi musa personal y única habitante de mi panteón imaginario, espero que se le ocurra algo bueno ya que yo no puedo pensar en nada más con un cerebro carbonizado.

Pronto escribiré lo que reflexioné sobre el sabor del pan. Hasta entonces.
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